viernes, 18 de mayo de 2012

. DOMESTICACIÓN DE PLANTAS
Para la obtención de variedades mejoradas a partir de especies silvestres se deben desarrollar dos fases importantes: la domesticación y el mejoramiento genético.
La domesticación consiste en poner una especie silvestre bajo el cuidado del hombre. En relación con las plantas, es un método de mejoramiento, pues cuando se aplica con éxito, proporciona tipos domésticos superiores a los que se tenían previamente.
La utilización de ciertos genes de especies silvestres para el mejoramiento de plantas es actualmente un aspecto importante de la domesticación. Cuando se incorporan varios genes de una planta silvestre a una domesticada, lo que se hace, en cierto modo, es domesticar en parte la especie silvestre.

3. CENTROS DE ORIGEN DE LAS PLANTAS CULTIVADAS
Un centro de origen es aquel donde hay mayor diversidad de tipos de una especie determinada. Los investigadores que más contribuyeron en este aspecto son el suizo Alfonso de Candolle y el ruso Nikolai Ivanovich Vavilov. Candolle publicó en 1883 la obra Origen de las plantas cultivadas, donde trata la forma ancestral, la región de adaptación y la historia de la mayoría de las plantas cultivadas. Posteriormente, en 1926, Ivanovich Vavilov publicó su Estudio sobre el origen de las plantas cultivadas. En este trabajo se destaca la importancia de las colecciones de plantas en el mejoramiento de las plantas nativas en determinado lugar, así como la adaptación de nuevas especies de interés para la agricultura en general. Ivanovich es el biólogo que mas ha contribuido al conocimiento del origen de las especies desde 1916.
Por otro lado, sabemos que las plantas que cultivamos en el campo, en los bosques, en invernaderos, en jardines y en el hogar descienden de ancestros silvestres. Originalmente, estas plantas cultivadas no estaban distribuidas de modo uniforme sobre la superficie de la Tierra; muchas de las especies estaban concentradas en algunas zonas, mientras que en otras, si acaso, se encontraban sólo algunas de ellas.
La diseminación de los cultivos provocó la variabilidad de éstos. Asimismo, la variabilidad de germoplasma permite al mejorador de plantas seleccionar y recombinar características deseables en nuevas variedades para condiciones especificas. Así, el fitomejorador depende de la variabilidad para realizar con éxito el mejoramiento de cualquier especie cultivada. Por tanto, se ha demostrado que la mayor proporción de variabilidad natural en especies de plantas cultivadas está en sus centros de origen primarios o secundarlos. Por consiguiente, si introducimos materiales de estos principales centros de diversidad, podemos proporcionar un máximo de variabilidad a nuestros programas de mejoramiento de plantas.
En 1983 produjeron tomates con un gene que les permitía resistir a la anquilostomiasis del tabaco, una plaga muy común, y al virus del mosaico del tabaco, enfermedad que reduce la producción. En las pruebas, el rendimiento aumentó del 20 al 30%.
Después injertaron otro gene que hacía a las plantas resistentes a uno de los herbicidas de Monsanto. Esto significa que las hierbas que crecen alrededor de las plantas pueden eliminarse con dicho herbicida, sin dañar los tomates.
Se han realizado experimentos similares para mejorar características de animales. En 1982, los científicos de la Universidad de Washington y de la Universidad de Pennsylvania injertaron en ratones el gene que produce la hormona del crecimiento en las ratas. El resultado fue una raza llamada "superratón", cuyos individuos crecían mucho más de lo normal. En 1986, el Departamento de Agricultura de Estados Unidos adaptó la técnica a la cría de ganado. Se produjeron cerdos con la hormona humana del crecimiento, para hacerlos crecer más y con menos grasa. Los cerdos eran grandes y su carne contenía 5% de grasa, en lugar del 25% habitual, pero quedaban cojos por artritis.
Los experimentos futuros tendrán que eliminar esta dificultad, porque sería inmoral ?y hasta cierto punto ilegal? manipular en esta forma una especie y obligarla a vivir en la incomodidad tan sólo para producir más carne.
En el futuro se injertarán en animales de granja genes de características útiles, desde la resistencia a las enfermedades hasta el tamaño de la camada.



Mejoramiento de plantas y animales?
Aplicada a las plantas, la técnica de división de los genes (en la que se separan pequeñas secciones de la cadena responsable de un proceso particular y después se injertan en el ADN de otra especie) tiene enormes posibilidades. El logro más grande sería dotar a los cereales, como el trigo, la cebada y el arroz, de la capacidad de utilizar el nitrógeno del aire. Algunas leguminosas, como el frijol y el trébol, tienen dicha capacidad, que significa que pueden desarrollarse normalmente sin grandes cantidades de fertilizantes nitrogenados. Si la ingeniería genética pudiera dar esa capacidad a los cereales se ahorrarían grandes sumas de dinero y se reduciría la contaminación por nitratos en ríos y corrientes de agua.
Ya existe una técnica para hacer a las plantas resistentes a algunas enfermedades. Los científicos de los laboratorios Monsanto tomaron una bacteria llamada Agrobacterium tumefaciens, que normalmente causa tumores en las plantas, eliminaron los genes que producen los tumores y los sustituyeron con genes provechosos. Después infectaron unas plantas con la bacteria para injertarles los genes útiles en su ADN